Cuando se ingresa a la llegada del destino elegido y todo coincide con los folletos leídos y la propaganda de breves pantallazos publicitarios las personas ríen conformes; el paquete fue organizado por operadores oficialistas aprovechando al máximo el trasfondo e inmenso marco natural del cordón serrano con destellos brillantes que proponen algunos lagos y ríos.
No tienen porque saber que están muy cerca de sacrificios humanos, literalmente; de familias enteras que se quedan a la vera de las oportunidades de siestas serenas o son expulsadas, desarraigadas, expropiadas de su terruño, propiedades heredadas, consignadas, adquiridas legítimamente; propiedades de extensas hectáreas de tierra con sus sembradíos, sus crías de animales de campo, sus honores, honradez de personas de bien, paisanos que pierden todas sus esperanzas al costado de estas nuevas postales del capricho de un personaje oscuro y tendencias medievales, de personaje feudal; de tomar las pertenencias del prójimo, del vecino como cualquier voluntad ajena.
Las decisiones de expropiar, como todas las que tienen que ver con el avasallamiento y ataques certeros hacia la comunidad, como siempre, son tomadas en secreto por el primer mandatario provincial a los que se suman los consecuentes vasallos de siempre sin mediar un atisbo de vergüenza, de media culpa, de entereza.
Así las cosas, esto se viene pergeñando desde el más oscuro secreto con papeles tirados en una infame mesa ratona redonda emulando a un caballero de antaño y tiene más que ver con la fantasía vulgar de un insano y burda imitación, a las acciones mismas de respetar los derechos de los ciudadanos a los que aludía el personaje.
Las expropiaciones se dan desde hace dos años a esta parte, son actuales, son reales, sucede en esta época de modernidad, de comunicaciones globales pero pareciera que nadie se entera, nadie toma conciencia de que realmente suceden y son acciones desde el mismo Estado, desde el mismo responsable de gobernar pero para beneficio propio, ya que las expropiaciones son en el mismo paraje, pueblo, lugar donde reside pomposamente el Gobernador Alberto Rodriguez Saa: El Durazno.
Para tal fin fue creado un Municipio y trasladado todo un sector burocrático desalineando los trazos de un lugar de pequeños parajes para pertenecer administrativamente a este Municipio llamado Estancia Grande; asi que lugares como El Volcán, Virorco, El Durazno quedarían a su merced, del control riguroso de familias humildes que habitan estos parajes y ser presionados por medio de impuestos que dadas las características de nuevos emprendimientos turísticos y declarar la zona con esta categoría, serían varias veces elevados y resultarían casi impagables y más fácil las expropiaciones.
No tienen porque saber que están muy cerca de sacrificios humanos, literalmente; de familias enteras que se quedan a la vera de las oportunidades de siestas serenas o son expulsadas, desarraigadas, expropiadas de su terruño, propiedades heredadas, consignadas, adquiridas legítimamente; propiedades de extensas hectáreas de tierra con sus sembradíos, sus crías de animales de campo, sus honores, honradez de personas de bien, paisanos que pierden todas sus esperanzas al costado de estas nuevas postales del capricho de un personaje oscuro y tendencias medievales, de personaje feudal; de tomar las pertenencias del prójimo, del vecino como cualquier voluntad ajena.
Las decisiones de expropiar, como todas las que tienen que ver con el avasallamiento y ataques certeros hacia la comunidad, como siempre, son tomadas en secreto por el primer mandatario provincial a los que se suman los consecuentes vasallos de siempre sin mediar un atisbo de vergüenza, de media culpa, de entereza.
Así las cosas, esto se viene pergeñando desde el más oscuro secreto con papeles tirados en una infame mesa ratona redonda emulando a un caballero de antaño y tiene más que ver con la fantasía vulgar de un insano y burda imitación, a las acciones mismas de respetar los derechos de los ciudadanos a los que aludía el personaje.
Las expropiaciones se dan desde hace dos años a esta parte, son actuales, son reales, sucede en esta época de modernidad, de comunicaciones globales pero pareciera que nadie se entera, nadie toma conciencia de que realmente suceden y son acciones desde el mismo Estado, desde el mismo responsable de gobernar pero para beneficio propio, ya que las expropiaciones son en el mismo paraje, pueblo, lugar donde reside pomposamente el Gobernador Alberto Rodriguez Saa: El Durazno.
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