postales en frascos

Otra vez la rutina del paisaje, otros momentos y su voz ahí... sonando más fuerte que Dear Prudence. Las nubes y el sol jugaban con el degradé de las sierras y el río participaba con su risa fuerte después de las lluvias.
Todo está ahí... intacto.
Llegando a la ciudad de La Toma, localidad a 215 Kms. al Noreste de San Luis, en la calle mayor el onix se pule en souvenir.
Pero, en los escaparates de los negocios del lugar no sólo brilla el mármol... frascos de diferentes especies al escabeche invitan como postales.

-Los traen los lugareños y se ganan unos mangos, anuncian propietarios.
-Nosotros cuidamos los bichos...  afirman los paisanos.

Los depredadores, en sus pesados vehículos se mandan varios kilómetros adentro de la propiedad privada, buscan el árbol que les servirá de mangrullo y esperan así la preciada presa.
El estruendo rompe la melodía de los noctámbulos y vacas y caballos huyen en estampida, algunos se hieren en la furiosa fricción contra alambradas de púas, también en su huida hieren parte de la siembra.

El jabalí es transportado en medio de algarabías y tiros al aire en los pesados vehículos con inscripción oficial.
Mañana sus colmillos exhibirán la impotencia junto a las postales en frasco.