Fragmento publicado en semanario acerca de la despenalización de la marihuana en Argentina

Opinar sobre el consumo de drogas de una persona es inmiscuírse en la vida de esa persona, en un país donde el "no te metas" esta a la orden del día.
El consumo de sustancias definídas como drogas -algunas adulteradas para su comercialización- proviene desde tiempos donde no existía la ley ni el orden ni otros esquemas sociales sino mas bien sociables y para el ser humano, es casi inevitable consumir alguna vez en la vida algún tipo de sustancia de las denominadas prohibidas y no solo por la inherencia de la curiosidad, también otros factores que son de la sociabilidad ya sea humana, comunicacional o global.
Muchos sucumben -convierten en adictos- por debilidad, que es una de las consecuencias de la expansión de los sentidos, entre otras taras.
Con el tiempo, la marihuana daña las percepciones del equilibrio y potencia entre otras cosas la ansiedad en todos sus ordenes, dicho esto en cuanto al exceso de su consumo.
Pero lo más grave de las adicciones y para los adíctos, es que los Estados Provinciales y Nacionales, no cuentan con Organísmos de detección y contención de personas con características de daños colaterales por todo tipo de consumo de drogas.
San Luis nunca tuvo un plantel de profesionales ni espacio humano ni físico para la contención de eventuales pacientes.
Esto esta delegado a incompetentes.
La incompetencia es más grave que la marihuana.